En 1919 una vez finaliza la Primera Guerra Mundial, las derrotas alemanas provocaron el aumento del descontento por parte de la población, lo que llevará a cabo la renuncia del emperador Guillermo II, provocando de esta manera un vacío de poder. Éste va a ser sustituido por un Partido Socialdemócrata, denominado República de Weimar (1919-1933).
En 1923 de manera muy improvisada Hitler intenta implementar un Golpe de Estado, el cual se denominó Munich. Pero al fracasar en esto lo condenan con 5 años de prisión.

Entre los años 1929-1933 se produjo un período de desorden, donde se daba la lucha callejera entre los ejércitos o bandas entre los partidos. Estos ejemplos de luchas, movimientos y revueltas demuestran que en la época había vacío de poder. Las debilidades que presentaba el sistema de Weimar provocaban un contexto de crisis, violencia, las personas tenían la sensación de que había un gobierno incapaz de gobernar, lo que provocaba vacío de poder, descontento.

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La depresión con sus consecuencias económicas y psicológicas, metió de lleno a Alemania en una grave crisis política. Los nazis aprovecharon esa circunstancia  para presentar la crisis como un resultado del sistema democrático. En las elecciones al Reichstag del 14 de septiembre de 1930 pasaron de 12 a 107 diputados elegidos. Casi dos años después, en las elecciones del 31 de julio de 1932, obtuvieron 13 millones de votos, el 37.4% de diputados.

El día 30 de enero de 1993, a las 11:30, Paul Von Hindenburg, presidente de la República alemana, nombró canciller, el jefe del Gobierno, a Adolf Hitler. En apenas unos meses, Hitler y su partido, el NSDAP (Partido Obrero Alemán Nacionalsocialista), comúnmente conocido como los nazis, tomaron el control del Estado y de la sociedad a través de una combinación de cambios en las leyes y de violencia política contra sus oponentes. Las libertades democráticas y los derechos civiles fueron eliminados, y la República parlamentaria de Weimar, destruida.















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El hombre que estaba ahora en el poder tenía un partido de masas completamente subordinado a él y una violenta organización paramilitar que sumaba cientos de miles de hombres armados. Nunca había ocultado su objetivo de destruir la democracia y de perseguir a sus oponentes políticos.
Cuando el anciano Hindenburg murió el 2 de agosto de 1934, Hitler se autoproclamó el fürher absoluto, combinando los poderes de canciller y de presidente del Reich.

Los frutos de esto se dieron rápidamente: guerra, destrucción y exterminio racial. Lo dijo Hitler apenas tres años después de que Hindenburg le diera el poder: “Voy siguiendo, con la seguridad de un sonámbulo, el camino que trazó para mí la providencia”.